
[16/04/2020] La coyuntura por la que estamos a travesando en todo el mundo por el COVID-19 y que nos obliga a permanecer en casa, probablemente por un tiempo prolongado, nos está replanteando desde la forma de trabajar, de comunicarnos con nuestros colegas y familiares hasta el enfoque de cómo hemos realizado hasta hace poco nuestro trabajo.
El home office se ha impuesto como una forma de seguir laborando y seguir siendo productivos. Hay que acomodarse a nuevos horarios laborales, y cumplir con los quehaceres de la casa y el apoyo de los hijos en sus estudios y tiempo de esparcimiento.
Antes de la pandemia, el porcentaje de las empresas que adoptaron el teletrabajo como una forma de laborar y ser productivos no llegaba ni al 40%; de hecho, según el estudio El trabajador digital en 2019 elaborado por Citrix, en el cual se entrevistó a 800 personas que se desempeñan en diversas industrias en Perú, al 60,66 % de peruanos no se le permitían trabajar de manera remota. Hoy la pandemia nos ha creado un experimento forzado en el que todos debemos adaptarnos a este nuevo estilo de vida.
Hoy el teletrabajo es la solución para seguir activos y darle continuidad a las operaciones laborales; sin embargo no debemos olvidar que muchas personas recién se están acostumbrando a trabajar desde casa y equilibrando el entorno familiar junto con sus actividades laborales, es por ello, que a nivel gerencial se debe tener mucha empatía con nuestro equipo de trabajo, pero también guiarlos en esta nueva forma de trabajar.
Las empresas deben brindar a sus colaboradores las aplicaciones y data necesaria para continuar laborando, los empleados necesitan poder progresar y hacer las cosas en medio de la interrupción, con tantas oficinas cerradas, la experiencia del trabajo debe ser lo más cercano a estar en la oficina. Debemos brindar metodologías de trabajo que permitan tener las funciones y las métricas claras para que el trabajador conozca hacia donde tiene que enfocarse. Mantener una comunicación regular con el equipo es indispensable, sobre todo tener conversaciones y reuniones virtuales, formales e informales para continuar avanzando.
Otro punto para tomar en cuenta es la seguridad. Se estima que el costo promedio de una sola violación de datos podría bordear los cuatro millones de dólares. Los departamentos de TI deben tomar las precauciones necesarias para entregar a los colaboradores un entorno de trabajo seguro donde las aplicaciones, los dispositivos y los usuarios que actualmente están trabajando fuera de los límites corporativos, se encuentren en una evaluación continua de las señales de amenaza.
Mas allá de todas las herramientas tecnológicas que nos van a permitir seguir laborando, no debemos olvidar el lado humano, siempre buscar darnos una mano (retóricamente). Pensemos que siempre podemos apoyarnos como equipo y apoyar al prójimo; es buscar un destino con un propósito para darle sentido a nuestro caminar en la vida. Hoy todo ha cambiado y no podemos estrecharnos la mano físicamente, pero podemos ser empáticos con nuestros actos, con nuestras palabras, desde un simple "Hola, ¿cómo estás?, ¿cómo está tu familia?, ¿cómo puedo apoyarte?” son palabras que pueden hacer la diferencia. Sigamos comunicándonos constantemente y creciendo como personas.
CIO, Perú