
[24/11/2021] Hablar de operadores de telecomunicaciones sigue siendo, casi siempre, sinónimo de pensar automáticamente en paquetes de datos para Internet, proveedores de señales y, en menor medida, paquetes de voz. Todos estos servicios son sumamente útiles y valiosos dada la dependencia de la conectividad para realizar cualquier tipo de trabajo de oficina desde casa, por ejemplo. Pese a ello, el margen de crecimiento es menor al deseado para los operadores, que todavía buscan crecer de forma vertiginosa en los próximos años.
Desde el auge de los teléfonos celulares hasta la popularidad de la televisión por cable, pasando por la fibra óptica y los avances en 5G, la oferta de estas empresas ha migrado con el tiempo, pero nunca ha requerido tanta creatividad y dedicación para enfrentar el escenario radicalmente diferente que se avecina. En una era posterior al Covid-19, con los consumidores cada vez más acostumbrados a realizar todo tipo de tareas e interacciones en línea, una oferta de datos es solo la punta del iceberg en términos de servicio a los usuarios. De hecho, la cuarentena del Covid-19 provocó una demanda masiva de recursos de los operadores debido al incremento del trabajo remoto, mayor uso de recursos de capacitación en línea y aplicaciones de comunicación personal como servicios de mensajería, videoconferencia y redes sociales, cuyo tráfico ha alcanzado récord histórico. Además, las plataformas de distribución de contenido tuvieron un aumento significativo de usuarios.
Ante este escenario, ¿qué hacer? ¿cuál es el mejor camino a seguir? Diversificar es la clave. Los operadores ya están viendo cómo pueden obtener más ingresos de la participación de mercado que lograron con su oferta tradicional. En este sentido, es posible identificar un abanico de caminos a seguir ofreciendo servicios basados en IoT a empresas de diferentes segmentos, para mejorar la gestión de equipos remotos, ciberseguridad o el análisis avanzado de big data, entre otros.
Respecto al primero, la idea sería fomentar un entorno para generar nuevos modelos de negocio a partir de alianzas, haciendo más robusta e inteligente la difusión de contenidos por parte de broadcasters y OTTs (Over The Top). Entre estos últimos, se encuentran, por ejemplo, el Mediabox de Movistar, Netflix, Microsoft XBOX 360 o Apple TV, entre otros.
De igual forma, otro enfoque que está en la mira de los operadores es convertirse en entidades financieras, configurando un modelo de negocio a través del cual podrán ofrecer una amplia gama de servicios, como medios de pago, financiación de sus propios productos y micro-créditos a los usuarios, por mencionar algunas posibilidades. Para el éxito de este nuevo modelo, los operadores deben aprovechar los beneficios de la digitalización y el uso de recursos tecnológicos avanzados, capaces de explotar todo el potencial de la amplia base de datos que el sector ha conquistado a lo largo de los años.
Por supuesto, todavía hay barreras (especialmente regulatorias) por superar, pero las empresas entienden que es un desafío a medio plazo y que puede generar ganancias significativas si se lo cumple con excelencia.
Algunas empresas ya se están preparando para este nuevo escenario con mejores bases de datos cada vez, inversión en big data y alternativas para llevar desplegar redes y servicios sobre 5G, cuyo desarrollo multiplicará el volumen de datos recolectados, lo que podría facilitar la colaboración entre sectores, tanto públicos como privados, y permitir el desarrollo de nuevos servicios verticales. La tecnología 5G no es solo una red móvil de nueva generación, sino también el capacitador de otras tecnologías que impulsarán nuevos modelos de negocio. Las redes 5G permitirán contribuir a la transformación digital de muchos sectores verticales, lo que sin duda va a representar una oportunidad tanto para las operadoras como para la industria en general. En este sentido, la creación de redes privadas 5G permitirá ofrecer una nueva generación de servicios para las Factorías del futuro, Energía, Transporte y logística, Smart Agro, etcétera.
Además, la transformación basada en la virtualización de la red y el uso de la nube en entornos colaborativos permitirá agilizar y optimizar el desarrollo de nuevos servicios, además de acortar el time to market para su lanzamiento. Definitivamente, es primordial que los operadores aprovechen la conectividad, articulando nuevas fuentes de ingresos basadas en el gobierno del dato que no se han capitalizado hasta ahora. Asimismo, será necesario realizar inversiones en ciberseguridad para asegurar las comunicaciones en el nuevo contexto actual.
Si la era de la voz perdió impulso en la década de los 2000, es probable que la era de los datos necesite apoyo para tomar forma en los próximos años. Es una prueba más de que la transformación digital afecta a todos los ámbitos y provoca cada vez más sinergias entre todos los sectores para brindar servicios de calidad a la ciudadanía. Los operadores deben seguir invirtiendo en la infraestructura de la red y su operación, tanto para enfrentar la nueva normalidad en la que seguirá ocurriendo la demanda masiva de servicios, como en respuesta a posibles inestabilidades y nuevas pandemias. El trabajo a distancia y la formación académica online están aquí para quedarse, lo que implica un aumento notable del tráfico en la red, así como un reto para las plataformas y soluciones para soportar este nuevo modelo académico. Es necesario estar atento para poder diferenciarse de forma positiva en este escenario durante los próximos años. Las empresas del sector que sean capaces de sacar el máximo partido a sus procesos de transformación digital para adaptarse a esta nueva normalidad estarán preparadas para afrontar los nuevos retos y liderar el mercado.
CIO, Perú