
[15/08/2022] La innovación ha dejado de ser el resultado de un momento de iluminación. Por supuesto, los momentos Eureka -aquellos cuando se nos ocurre una idea genial- siguen existiendo, pero ya no es la forma en que las organizaciones administran su innovación. Ahora se trata de hacer que el proceso sea planificado y acorde con los objetivos de la organización; es más, ahora también se trata de que sean todas las personas que conformen la firma -no solo un grupo especial- las que estén a cargo de la innovación.
Todos estos cambios se han producido poco a poco, aunque también se debe de reconocer que la pandemia ha acelerado este proceso. Al igual que con la transformación digital, la innovación fue una de las herramientas a las que acudieron las empresas para poder sortear los momentos más difíciles de la COVID-19; como se dice popularmente 'la necesidad es la madre de la creatividad'.
Carlos Castillo, gerente de Marketing y Comunicaciones de NTT Data Perú y Ecuador.
Planificada o espontánea
"A veces se cree que la innovación son ideas bonitas y diferentes que pueden salir de una lluvia de ideas y tiene mucho de eso, pero como todo lo importante en la organización, tiene que estar en relación con la estrategia”, sostiene Carlos Castillo, gerente de Marketing y Comunicaciones de NTT Data Perú y Ecuador.
Efectivamente, ya quedaron atrás los tiempos en los que la innovación surgía espontáneamente de la mente de una persona en la organización. Esa forma de llegar a una buena idea, por supuesto, sigue existiendo; pero las firmas se han dado cuenta que es necesario generar el entorno necesario para que más personas puedan llegar a esos momentos de creatividad, y que las ideas que surjan de esos instantes tengan un campo fértil donde crecer.
"La innovación es un acto planificado y que viene como consecuencia de la definición de los objetivos que tiene la organización; los cuales, en muchos casos, se plantean con un horizonte de cinco, diez, quince o veinte años”, explica, por su parte, Enrique Phun, analista senior de software para IDC Latinoamérica.
Con un objetivo de tan de largo plazo, la idea es que se invite a los trabajadores a que puedan pensar en cómo lograr esos objetivos; y, justamente, una de esas formas es innovar dentro de sus áreas, ya sea a través de un nuevo producto, un nuevo servicio, la agilización de un proceso o de muchas otras formas diferentes. Eso implica pasar de un entorno solamente 'Eureka' a una cultura de la innovación.
Por otro lado, también es necesario reconocer que la innovación no necesariamente tiene que ser aquella que va a representar una disrupción absoluta en un mercado; puede tratarse de algo menos impresionante pero igualmente útil, como la mejora de un proceso o la versión nueva de un producto. La utilidad de la innovación es que se busca la mejora tanto de los procesos internos de una empresa, como de los productos o servicios que se ofrecen a los clientes externos. Bajo esa perspectiva la innovación puede ser la simple mejora del día a día de los trabajadores de una firma.
Enrique Phun, analista senior de software para IDC Latinoamérica.
Ciertamente, las organizaciones no han pasado del eureka a la cultura de la innovación de un día al otro. Han pasado por diversas etapas que han ido surgiendo a medida que se comprobó que es importante que la firma innove continuamente para seguir siendo significativa en el mercado.
Uno de los primeros intentos sistemáticos de innovación fueron los laboratorios de innovación. Hace unos años, antes de la pandemia, las grandes empresas comenzaron a crear laboratorios de innovación, con el propósito de que esta área sea la que se encargara del tema dentro de la empresa. En ocasiones, este laboratorio se encontraba apartado del resto de la organización para poder mantener un estilo de trabajo que le facilitara el llegar a los nuevos productos y servicios que se buscaban con su existencia.
Ahora, la tendencia va hacia la generación de una cultura de la innovación en toda la firma; es decir, el cambio de mindset que haga que todos y cada uno de los trabajadores de una firma se encuentren comprometidos con la innovación.
"El rol ahora de ese laboratorio de innovación o del gerente de innovación en las organizaciones que ya están un poco más avanzadas, no es ser el dueño de los nuevos productos sino ser el facilitador para que esta nueva metodología y esta forma de crear sea parte de la cultura de la organización”, afirma Alain-Paul Michaud, associate partner de Consultoría de EY Perú.
Sin embargo, existen algunos retos que se deben de enfrentar si se desea llegar a una cultura de la innovación. El primero de ellos es, obviamente, generar esa cultura y hacer que predomine frente a la cultura ya instalada.
"Si la innovación viene solo de la punta de la pirámide, está perdiendo la creatividad que puede haber en la base. Lo que se busca ahora es que la innovación venga de toda la organización, y que las ideas salgan de abajo también”, agrega Michaud.
Algunas organizaciones tienen el camino más fácil que otras en este campo. No es ningún secreto que las actuales startups prácticamente no tienen problemas con implementar una cultura de la innovación ya que, prácticamente, ellas ahora son sinónimo de innovación.
Efectivamente, si antes se esperaba que la innovación surgiera en las grandes empresas -en sus laboratorios-, ahora es común pensar que son las startups las que aparecerán en algún mercado con algún producto o servicio novedoso. Ellas no tienen el inconveniente de tener que implantar una cultura innovadora sobre otra anterior, simplemente porque no tienen una cultura anterior.
Alain-Paul Michaud, associate partner de Consultoría de EY Perú.
"Si falla su modelo de negocio [el de la startup]puede cambiar constantemente y la afectación a su historia es mínima. En una empresa ya constituida tiene que darse espacio para fallar, pero no puede fallar en los proyectos de los procesos muy grandes, no puede fallar en un espacio en donde afecte mucho los resultados”, detalla Michaud.
Entonces, ¿cómo fomentar la innovación en una empresa que no es una startup?
Como señala Castillo, lo primero es estimular a que los trabajadores de la empresa puedan compartir sus ideas. Ese ambiente se genera solo con confianza, eso es muy importante; y esa confianza tiene que nacer desde el CEO, el gerente general y los más altos niveles del liderazgo para que los trabajadores se sientan cómodos.
Además, esa confianza debe encontrarse acompañada por un elemento muy importante: la tolerancia al error.
"Entonces, la penalización de error es algo que debemos romper, hay que aprender del error, hay que equivocarse barato y rápido, como dicen”, añade Castillo.
Phun añade otro importante elemento para el fomento de la innovación: la estrategia.
"Es necesario que se desarrolle toda una estrategia para que los trabajadores estén al tanto de cómo se va a estructurar todo este proceso de innovación, cuáles son estos roles que se requieren para apoyar en este proceso”, comenta el investigador.
Por supuesto, aunque se tomen en cuenta todos estos puntos, ello no implica que la percepción de innovación vaya a cambiar hacia la empresa. Y esto se debe que, a pesar de que se puedan tomar medidas similares, las empresas más grandes pueden tener un proceso más lento que el de una startup.
"Tal vez vemos que las empresas no parecieran que estén innovando, pero realmente innovan a ritmos diferentes, y a escalas diferentes”, indica Phun.
En la práctica, lo que se puede observar en las organizaciones es que se están cumpliendo las observaciones que han realizado los analistas.
Por ejemplo, en Deloitte se están realizando varios procesos de innovación, uno de los cuales es el de la transformación digital. La compañía se está enfocando en todas aquellas iniciativas que puedan repercutir en tres grandes vertientes: mejoras en los procesos internos, modelos de negocio para sus clientes o nuevas formas de prestar los servicios a los clientes.
"Tenemos muchas iniciativas que apuntan a eficientizar, sistematizar, automatizar, introducir robótica, muchas mejoras en la forma de operar, y están embebidas en el día a día de las operaciones”, explica Mariella de Aurrecoechea, directora de Estrategia e Innovación de Deloitte Spanish Latin America.
Por supuesto, esto no implica dejar de lado lo que denominan "Innovación disruptiva”. Pero el día a día es su foco en estos momentos.
Mariella de Aurrecoechea, directora de Estrategia e Innovación de Deloitte Spanish Latin America.
Dentro de las iniciativas de innovación también hay oportunidad para que surjan cosas nuevas durante el año. Por ejemplo, la consultora cuenta con una iniciativa que se llama 'Soy Innovación'. Este es un programa que está permanentemente abierto, y en el que cualquier colaborador de Deloitte puede plantear cualquier idea si es que esta es novedosa, creativa y puede llegar a significar una mejora de procesos, aporte de valor o mejora de marca.
"Entonces, a lo largo del año se nos presentan muchas ideas, que no fueron planificadas y que es la gente, la propia gente, la que lo pone en valor y lo presenta como oportunidad de mejora o de negocio”, manifiesta de Aurrecoechea.
Esta es una forma de crear cultura de innovación en toda la organización, pero también es cierto que, por cada línea de negocio, existen determinados grupos que están orientados a la innovación; es decir, hay algunas líneas que cuentan con grupos específicos que están continuamente pensando en desarrollo de productos y mejora de servicios.
En el lado de las empresas peruanas también hay bastante movimiento en busca de la innovación.
Por ejemplo, Michaud relata que EY se encuentra trabajando con una empresa local que el año pasado ganó un concurso de ProInnóvate. El objetivo del proceso que llevaron a cabo era identificar procesos de innovación y ayudar a que el ecosistema participe de este proceso de innovación. Se levantó información y luego el propio equipo de la firma local identificó posibles innovaciones en tecnología, procesos o nuevos productos.
Una vez concluida esa etapa se identificaron cinco retos, y luego EY ayudó a la firma con una publicación en la que se invitaba al ecosistema digital y de emprendedores a presentar propuestas para resolver esos retos. Se realizó un webinar en donde la firma explicó cuáles eran los retos y qué es lo que estaban buscando; luego, se presentaron varias empresas, ONGs, startups y consultoras para resolver esos retos. Se realizó un proceso de selección y ahora se está en el proceso de ejecución.
Lo que se hizo fue 'tercerizar' la innovación en una tendencia que ahora se denomina 'Innovación abierta'. En la innovación abierta se reconoce que la innovación puede provenir del exterior de una organización, puede llegar del ecosistema de innovación que se crea en cada país.
En Deloitte tienen un proceso similar. "Uno de los programas que tenemos en innovación en Deloitte se llama 'Let's startup'. ¿Qué es ese programa? Lo que busca es aliarnos con determinadas startups que tengan productos interesantes para nuestra cartera de clientes, a eso se le llamamos innovación colaborativa”, sostiene de Aurrecoechea.
El producto o herramienta la genera la startup, y Deloitte aporta la consultoría de procesos y el capital humano; luego, ambas van juntas al mercado con ese producto en particular. Ese programa se creó el año pasado y ya se encuentra en su segunda versión. "Y, la verdad, creemos mucho en el relacionamiento con el ecosistema de startups, con el ecosistema emprendedor”, añade la consultora.
Entonces, ¿son innovadoras las empresas peruanas?
"Esa letanía que decíamos siempre de que el peruano es innovador es correcta. Lo hemos visto en pandemia, lo hemos visto en situaciones difíciles, de situaciones límite de carencias y problemas económicos, hemos visto cómo se saca adelante la innovación”, afirma Castillo.
De hecho, si uno se fía de los índices globales, el Perú se encuentra a media tabla en cuanto a innovación. En el Índice Global de Innovación 2021 -el más reciente, pues el de 2022 se publicará en setiembre próximo- se puede encontrar a Perú en el puesto 70 de 132 países, siendo uno de los países con un desempeño por encima de las expectativas de acuerdo con su nivel de desarrollo, en el grupo de países de ingresos medios.
De hecho, la publicación señala que "el Perú logra su mejor ranking este año (37) en el rubro de 'Sofisticación del mercado y negocios'”. Desafortunadamente, también es necesario indicar que su punto más bajo es en el ranking de 'Outputs de conocimiento y tecnología', en donde se encuentra en la posición 87. Dentro de este rubro el acápite en el que se descubre el ranking más bajo es el de 'Difusión del conocimiento'.
Es alentador saber que a nivel nacional se mejora, pero las empresas también deben realizar esfuerzos por consolidar esta posición. La innovación es un acto muy propio de cada firma, pero también existe la posibilidad de acudir al ecosistema en busca de ayuda.
Además, las consultoras también juegan un rol importante.
"Las consultoras han venido con la experiencia de muchos sectores y eso es algo muy importante. En innovación y transformación digital hay sectores que han estado pasos adelante que otros, como el sector financiero, retail, seguros y telco; ellos nos han permitido conocer sus aciertos y errores, y aplicarlos en otros sectores”, explica Castillo.
La innovación ahora se ha transformado en una actividad continua de las organizaciones, es el día a día de las firmas que desean seguir siendo competitivas en un mundo y un mercado que no paran de ofrecer nuevos y más complejos retos día a día.
Jose Antonio Trujillo, CIO Perú