Llegamos a ustedes gracias a:



Casos de éxito

Allianz abandona el mainframe en favor de la escala y la innovación

[12/06/2023] Debido al riesgo de no poder escalar e innovar adecuadamente, ni proporcionar una base para dar cabida a nuevas plataformas o lenguajes de programación, a mediados del 2019 se tomó la decisión de migrar todo el Allianz Business System (ABS) -las aplicaciones centrales de TI, incluida su base de datos en Alemania- a servidores x86 estandarizados con sistemas operativos Linux. El proyecto, denominado ABS Goes Linux, fue una primicia en el sector de los seguros.

Con este cambio, conectar aplicaciones nativas de la nube y desarrollarlas de forma ágil no tendría problemas, y el departamento de TI dependería menos de los proveedores y estaría más capacitado técnicamente.

[Reciba lo último de CIO Perú suscribiéndose a nuestro newsletter semanal]

"No hemos estado en el mainframe desde la Pascua del 2022", comenta Axel Schell, CTO de Allianz Technology, que proporciona servicios de TI en todo el mundo para el Grupo Allianz. "Fue uno de los proyectos más arriesgados y difíciles de mi carrera".

En la nueva infraestructura se almacenan datos en tiempo real sobre la disponibilidad de las bases de datos, por ejemplo, y la estabilidad de las aplicaciones y las reclamaciones de seguros procesadas. Al mismo tiempo, todo se muestra en un cuadro de mandos. "Así funciona hoy la transparencia", comenta Schell. "Todo el mundo está siempre al día y eso agiliza la organización".

Además, la configuración garantiza la confianza entre los clientes internos, añade Sebastian Pongratz, alto ejecutivo del equipo de Schell y responsable de la ejecución del proyecto. "Todos los usuarios de las áreas de negocio, no sólo los de TI, pueden acceder al cuadro de mandos y ver que funciona. Con el mainframe, podíamos beneficiarnos de los ciclos de innovación de los fabricantes, pero también dependíamos de ellos", añade, señalando una de las razones para dar el paso a Linux.

Aplicaciones básicas antes en el mainframe

ABS incluye todas las aplicaciones empresariales básicas de las empresas del grupo alemán, así como de todos los holdings de la región. "Es la plataforma central de clientes, en la que se gestionan más de 30 millones de contratos", sostiene Pongratz. "Es el núcleo del ecosistema informático alemán. Incluye todas las interfaces de procesamiento y los portales de clientes y ventas".

Si el ABS no funcionara, tampoco lo harían las ventas, los intermediarios, el back office y los servicios web. Esto se aplica a todas las líneas de negocio con seguros de salud, propiedad y vida.

A medida que avanzaba la planificación, Pongratz y su equipo exploraron opciones para migrar el sistema a la nueva plataforma en rodajas. Pero la pieza central, una de las mayores bases de datos DB2 basadas en Linux disponibles, sólo podía migrarse en su conjunto. Para prepararse, Allianz Technology optó por un enfoque iterativo.

Conocían los KPI objetivo del nuevo entorno, y que el rendimiento y los procesos automatizados del mainframe también debían estar disponibles en Linux. "También teníamos un problema de volumen", anota Pongratz. "Todo tenía que funcionar como antes. Y al mismo tiempo, tenía que haber espacio para crecer en los próximos años".

El equipo definió varios grupos de requisitos, como la arquitectura objetivo, los requisitos de los productos utilizados, los KPI operativos de rendimiento, las cuotas de rendimiento y automatización, y las normas de seguridad subyacentes.

"A partir de ahí, pasamos por varias iteraciones para aumentar gradualmente el nivel de madurez y colaboramos con los proveedores para adaptar sus productos a nuestros requisitos", explica Pongratz. La base de datos, de varios petabytes de tamaño, ofrecía una potencia de procesamiento de cinco dígitos en MIPS (millones de instrucciones por segundo) en el mainframe. Hasta ahora, nada parecido se había trasladado a DB2 en Linux.

Migración gradual de las aplicaciones heredadas

En la primera fase, fue necesario convencer a los interesados de las ventajas del proyecto para la empresa. A partir de ahí, el departamento de TI dio los primeros pasos en el nuevo entorno. "Probamos cómo conseguir que las piezas básicas de ABS funcionaran con Linux y cómo se comportaban bajo carga", explica Pongratz. Se empezó por las aplicaciones y se continuó con la integración de la base de datos hasta llegar a componentes específicos como el gran lote para la renovación mensual.

Luego siguió una validación inicial, con preguntas como si se tienen en cuenta los KPI deseados, si se pueden simular operaciones para realizar pruebas antes de la puesta en marcha, si son suficientes las capacidades y velocidades de rendimiento de los sistemas de servidor y almacenamiento adquiridos. La respuesta fue negativa.

Contratiempos y ajustes

Unos 14 meses antes de la transición, Pongratz se dio cuenta de que la infraestructura instalada y encargada no era compatible con el sistema de destino, por lo que hubo que ajustar el entorno.

El departamento de TI cambió a una infraestructura más potente y revisó todo el concepto de almacenamiento. "Colaboramos estrechamente con proveedores externos y sus laboratorios, y les enviamos peticiones de funciones, no sólo de funciones, sino también de situaciones durante el funcionamiento", explica. Por ejemplo, en caso de problemas, debería ser posible cerrar y reiniciar varios miles de procesos en la caché de la base de datos en menos de 10 minutos sin que el usuario notara nada.

Los productos de seguridad en el entorno cliente-servidor también alcanzaron sus límites. Los volúmenes de procesos que debían protegerse eran 10 veces superiores a aquellos para los que se habían creado originalmente las soluciones. "Tuvimos que convencer a los proveedores para que se implicaran y adaptaran su software a nuestro entorno", afirma Schell. "Ahora también pueden ofrecer estas prestaciones a otros clientes de tamaño similar. Hicimos el trabajo pionero junto con ellos".

El mainframe como punto de referencia

El punto de referencia para este tipo de KPI lo marcó el mainframe. "El hecho de que el nuevo entorno ofrezca un rendimiento similar al antiguo es crucial para la aceptación por parte del cliente interno", afirma Schell. Las nuevas funciones se probaron, ajustaron y ampliaron en varias iteraciones.

El equipo de TI también comprobó la escalabilidad de la nueva plataforma. "Tenemos que ser capaces de migrar más carteras y captar nuevos clientes", añade Schell. "Así que también probamos si se podían procesar volúmenes adicionales". Mediante simulaciones de crecimiento, TI comprobó si el sistema seguiría siendo funcional, incluso con cambios importantes en la versión o con próximas migraciones.

"Por ejemplo, medimos la utilización de los canales en línea, utilizamos las horas de mayor acceso como referencia, y comprobamos si el nuevo sistema también funcionaba de forma fiable con mil empleados adicionales simulados", anota Pongratz.

También se comprobaron de este modo los procesos por lotes, por ejemplo, en relación con los picos de carga en los negocios estacionales. Los KPI para ello fueron los accesos a DB2 por segundo, que se simularon en la base de datos Linux, y las mediciones se realizaron todos los días del mes para cubrir todos los escenarios.

Paralelamente, se introdujo el modelo operativo objetivo del nuevo entorno. Allianz IT creó equipos de expertos en Alemania, India y Hungría para operar el nuevo ABS.

La fase caliente

Unos cuatro meses antes de la fecha prevista para la migración, el equipo detuvo el desarrollo de los productos. Las versiones desarrolladas hasta la fecha se prepararon para el cambio y sólo se ajustaron con correcciones individuales. Sobre esta base, se inició la simulación de funcionamiento continuo en las últimas semanas antes de la fecha límite.

En esta fase, por ejemplo, se revisó el concepto de reorganización de la base de datos, incluidas las copias de seguridad durante los periodos de descanso nocturno. "No fue tan rápido como estaba previsto", comenta Pongratz. "Así que tuvimos que ajustarlo ocho semanas antes de entrar en funcionamiento".

La migración en sí se programó deliberadamente para el fin de semana de Pascua del 2022. Había que convertir todo el inventario del mainframe, revisarlo técnicamente, limpiarlo y migrarlo a Linux. "Teníamos cuatro días para solucionar cualquier problema", señala. "Al final, tardamos 48 horas en transferir todo el conjunto de datos".

Para estar preparados para los problemas, también había que preparar la logística y la comunicación. "Para el peor de los casos, en el que fallaran todas nuestras salvaguardas preimplantadas, nos preparamos para volver al sistema antiguo", sostiene Pongratz. Schell añade: "Teníamos mil empleados en uso para hacer pruebas en todas las áreas, incluidas agencias y corredores". Además, se informó a la autoridad alemana de supervisión bancaria, Bafin.

Esfuerzo y retorno de la inversión

El equipo central del proyecto estaba formado por unos 500 empleados, mientras que unas tres mil personas trabajaban a veces en varias fases, y el presupuesto era bajo, de tres cifras de millones de euros. Teniendo esto en cuenta, el plan del proyecto es que se amortice al cabo de tres o cuatro años. "Llevamos un año utilizando la plataforma y podemos ver exactamente cómo se compara con los costos del mainframe", comenta Schell. "Ahorramos una cantidad de dos dígitos en funcionamiento".

Según el CTO, la confianza en el negocio se consiguió midiendo todas las transacciones relevantes de un usuario de un departamento antes y después. "En la prueba previa a la puesta en marcha, demostramos que los nuevos procesos tienen un alto rendimiento en las áreas deseadas", afirma Schell. Y al cabo de poco tiempo, todas las transacciones en la nueva plataforma eran manifiestamente más rápidas que en el mainframe".

Según Pongratz, la moderna arquitectura y el acceso a las últimas herramientas impulsan la capacidad innovadora de la empresa. Ahora los recursos pueden utilizarse de forma más dinámica y asignarse con mayor facilidad. Y los desarrolladores ya no tienen que esperar a los trabajos por lotes.

El proyecto también contribuye a la estrategia general de TI, ya que Schell quiere consolidar las aplicaciones fuera de ABS y desconectar los sistemas heredados. "Es la fase preliminar para la cloudificación del entorno", afirma. "Hemos conseguido operaciones muy estables y ahora estamos considerando si las migraremos a la nube y cómo". Pero los hiperescaladores comunes de la nube tendrían primero que desarrollar soluciones adecuadas que se ajusten a los requisitos de rendimiento del sistema.

Evaluar los retos

Además del aspecto técnico, la gestión del elemento humano era también un gran reto. En el mundo del mainframe, Allianz había acumulado muchos conocimientos sobre aplicaciones que seguirían siendo esenciales para la nueva plataforma de destino, por lo que había que preservarlos.

El equipo existente se completó con expertos, y los colegas del "viejo mundo" recibieron formación adicional para poder trasladar sus conocimientos al entorno Linux. Pero había miedo entre los empleados que habían trabajado en el mainframe durante décadas.

"La gestión del cambio era un tema importante", sostiene Schell. "Si no se gestiona bien, puede torpedear un proyecto".

Por eso, la planilla se implicó en el proyecto desde el principio. "Conseguimos que toda la organización se comprometiera con un objetivo, y dejar claro que cada persona sería importante para el nuevo mundo", anota Pongratz. Los compañeros recibieron formación en cursos o junto con expertos internos y externos.

En las fases del proyecto también hubo algo de agobio. "Hay que tener cuidado de no copiar el mainframe en Linux", señala Pongratz. Había que trasladar ciertos mecanismos al nuevo mundo, pero allí funcionaban de forma diferente. Por eso era importante, por ejemplo, en el control de calidad, comprobar si las aplicaciones se construían de forma nativa para Linux con vistas a la nube y no según principios heredados.

Además, ejecutivos como los jefes de departamento y de equipo se hicieron responsables de subproyectos. Y en su totalidad, el proyecto afectó a todo el mundo en Allianz en Alemania, porque todo el mundo trabaja con ABS, que es un sistema con 300 interfaces. "Trabajaron según el lema: 'Tú lo construyes, tú lo diriges'", comenta Pongratz. "Te conviene llevar a sus empleados con usted".